Mediante el uso de inteligencia artificial para analizar decenas de miles de imágenes de rayos X y secuencias genéticas, investigadores de la Universidad de Texas en Austin y del Centro del Genoma de Nueva York han sido capaces de identificar los genes que dan forma a nuestros esqueletos, desde la anchura de los hombros hasta la longitud de las piernas, según publican en la revista ‘Science’.
La investigación da información de nuestro pasado evolutivo y abre una ventana a un futuro en el que los médicos podrán predecir mejor el riesgo de que los pacientes desarrollen dolencias como el dolor de espalda o la artritis en etapas posteriores de su vida, destacan sus autores.
«Nuestra investigación es una poderosa demostración del impacto de la IA en la medicina, sobre todo cuando se trata de analizar y cuantificar datos de imagen, así como de integrar esta información con los historiales médicos y la genética de forma rápida y a gran escala», afirma Vagheesh Narasimhan, profesor adjunto de biología integrativa, así como de estadística y ciencia de datos, que dirigió el equipo multidisciplinar de investigadores, para proporcionar el mapa genético de las proporciones del esqueleto.
Los humanos son los únicos primates de gran tamaño que tienen las piernas más largas que los brazos, un cambio en la forma del esqueleto que es fundamental para permitir la capacidad de caminar sobre dos piernas. Los científicos pretendían determinar qué cambios genéticos subyacen a las diferencias anatómicas que son claramente visibles en el registro fósil que conduce a los humanos modernos, desde los australopitecos hasta los neandertales.
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