Por muy tentador que sea contar con la riqueza de Elon Musk, Twitter no está dispuesta a ser gobernada por un multimillonario conocido por hablar directamente sin medir las consecuencias.
La plataforma global de mensajería intenta evitar que el jefe de Tesla tenga en sus manos todas las acciones en circulación de Twitter, al considerar que la preocupación acerca de dónde podría llevar a la compañía superan la recompensa ofrecida.
«Es la dirección, el consejo de administración, el que siente que algo anda mal», dijo el analista de Endpoint Technologies Roger Kay.
«Musk es esencialmente un autócrata. Su forma de libertarismo tiene una pizca de políticas de extrema derecha», afirmó Kay.
A principios de este mes, Musk, la persona más rica del mundo y un controvertido y frecuente usuario de Twitter, hizo una oferta no solicitada de 43.000 millones de dólares por la red social, con el argumento de que lo que lo motivaba era una mayor libertad de expresión.
La oferta, que dijo que no es la final, valora cada acción de Twitter en 54,20 dólares, una cifra por encima del precio de cierre previo a la oferta, pero por debajo del máximo de 77,06 dólares que alcanzó en febrero de 2021.
El consejo de administración de Twitter ha optado por tragarse una «píldora venenosa», al afirmar que cualquier adquisición de más del 15% de las acciones de la empresa sin su aprobación desencadenaría un plan para inundar el mercado con acciones y, por lo tanto, dificultaría mucho la compra.
Musk ya posee más del 9% de la empresa, lo que le convierte en su mayor accionista.
El multimillonario tuiteó «Love me tender», el título de una canción de Elvis Presley que algunos interpretaron como una insinuación de que está pensando en eludir al consejo de administración y llevar su oferta («tender») directamente a los accionistas.