John W. Hinckley Jr., el hombre que intentó matar en 1981 al entonces presidente estadounidense, Ronald Reagan, quedó este miércoles en libertad sin restricciones tras 41 años bajo vigilancia.
«Tras 41 años, 2 meses y 15 días, ¡libertad al fin!», escribió Hinckley en su cuenta de Twitter.
El pasado 1 de junio, el magistrado de una de las cortes federales del Distrito de Columbia Paul Friedman consideró que, tras cuatro décadas de «supervisión», Hinckley «debería estar preparado para continuar con su vida».
En esa sesión tanto la fiscalía como la defensa de Hinckley coincidieron en que el acusado había completado de forma exitosa el periodo de observación de nueve meses marcado por Friedman en septiembre pasado, por lo que procedía que quedase en libertad pasados 15 días.
Friedman reconoció que, pese a haber intentado matar al presidente de EE.UU. y haber estado cerca de su objetivo, Hinckley, de 67 años, ha sido la persona más vigilada en el sistema de salud mental de EE.UU., «viviendo bajo un microscopio» que nadie más ha tenido.
Hasta ahora, Hinckley vivía bajo estrictas restricciones, que le fueron impuestas en julio de 2016, cuando salió del hospital psiquiátrico en el que fue internado después de que el 30 de marzo de 1981, con 25 años, abriese fuego contra Reagan a las puertas del Hotel Washington Hilton.
En julio de 2016, Hinckley dejó el psiquiátrico después de que se determinara que no suponía «un peligro ni para él ni para otros», y desde entonces reside en Williamsburg (estado de Virginia), a unos 250 kilómetros de Washington, con su madre, Jo Ann Hinckley, quien murió el año pasado.
Cuando se le permitió salir del hospital, el juez ordenó que Hinckley estuviera sujeto a estrictas condiciones que incluían desplazarse a Washington una vez al mes para recibir tratamiento psiquiátrico.
También tenía prohibido poseer armas o drogas y establecer contacto con los familiares de sus víctimas.