Hoy en día, y desde casi siempre, el precio de la gasolina es el único que se puede apreciar en gigantes letreros en todos los rincones del mundo. Esto hace que incluso las personas que no conducen, probablemente, tengan una idea bastante clara de lo que cuesta el carburante.
El hecho de que actualmente las gasolinas tengan un promedio de unos US$5 por galón en todo Estados Unidos llama la atención no solo porque es primera vez que alcanza ese precio, sino porque sigue subiendo. Dentro de la economía, esas cifras son “buenas” para comprender el estado del petróleo y su refinación, que está aumentando desde octubre, al alcanzar una cotización de US$120 el barril, frente a los US$70 de hace un año, en promedio. En los últimos 12 meses incrementó en un 64.63%.
Los efectos de aumento se hicieron notar. Mientras en mayo de este año el precio promedio de venta en las estaciones de servicio de combustibles aumentó un 34% desde mayo de 2019, según Earnest Research Company, hubo un 5% menos en ventas en gasolineras en mayo de 2022 que en igual mes de 2019, detalla Energy Information Administration (EIA). Esto quiere decir que los precios aumentaron, pero el número de “recarga” de combustible, empezó a disminuir. En otras palabras, menos personas están comprando.