Adicional a los daños que genera la ausencia de tratamiento del agua residual al medioambiente y a la salud, pesa un pronóstico nada halagüeño para la República Dominicana y su gente.
Si continúan las descargas no depuradas en los ríos, mares y subsuelo del país, en los próximos 50 años se comprometerá la disponibilidad de agua potable, asegura Martín Meléndez, especialista en Ingeniería Sanitaria.
“Estamos jugando con nuestro futuro. Casi todas las aguas residuales están entrando al subsuelo; y con el corte de los manglares que tenemos, las aguas subterráneas nuestras se van a volver salobres. Y nos vamos a quedar sin agua. Si seguimos este proceso, no doy más de 50 años para que tengamos serios problemas de agua, que hoy no tenemos”, sentenció el investigador.
Deploró que algunos proyectos hoteleros tengan como práctica la destrucción de estas barreras naturales, a los fines de disponer sus descargas en los cuerpos de agua.