A partir del 2020 y con mayor auge en la etapa pospandemia del covid-19, son cientos los ciudadanos haitianos que han cambiado “el pico y la pala” por un casco protector, un chaleco y una motocicleta para “conchar” en República Dominicana. Esto con la motivación de buscar en el “día a día” el sustento familiar y de enviar remesas hacia Haití mediante el “motoconcho”.
La inmigración haitiana hacia este país, en parte, ha sido marcada por el ámbito laboral. En una primera etapa, durante el siglo pasado, para laborar en el corte de caña en la producción azucarera y, en esta época predominada por los sectores de la agropecuaria, construcción y comercio. En muchos barrios capitalinos se está dando paulatinamente una transformación socioeconómica en este grupo de inmigrantes.
El concho en motocicletas es el “nuevo espacio” que está siendo conquistado por los haitianos en el Distrito Nacional y zonas aledañas, de acuerdo a lo comprobado por elDinero en un recorrido en diferentes sectores. Paradas de concho en demarcaciones como Los Girasoles, Los ángeles, Las Palmas de Herrera, Los Prados, Fundación y Los Ríos, así como en el kilómetro 9 de la autopista Duarte, específicamente, al lado de la estación del metro María Montez, reflejan una gran presencia de estos ciudadanos.
“Conchar es mejor que trabajar construcción”, puntualiza Elideu Souffrance, en un español forzado y mezclado por el tono de su idioma nativo (creole), mientras hace señas con su mano derecha a una dama que se desmonta de un vehículo gris rotulado “Kennedy, Arroyo Manzano y Fundación”. Esta, moviendo la cabeza, le deja saber que no va.
En medio de un bullicio y presionando la atención más de lo acostumbrado para entender lo conversado, Souffrance, de 22 años, indicó que se levanta todos los días a las 6:00 de la mañana a conchar en su motor Baja Platinum 2018, por el cual paga RD$3,250 quincenal a la agencia que se lo vendió financiado.
Sostiene que llegó al país hace dos años. Ayudante de maestro en construcción fue su primer oficio que después optó dejarlo porque veía a sus conciudadanos que le iba mejor en el concho. “Antes yo ganaba RD$700 por día (en la construcción) y, ahora, ‘motoristiando’ entre RD$1,000 y RD$1,500 al día”, es decir, un 42.8% más, expresó en la parada informal denominada Fundación, la cual está compuesta por 22 rutas. De esa cantidad, 18 son de haitianos (81.8%) y cuatro de dominicanos (18.1%).