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El Gobierno británico veta las cámaras de seguridad fabricadas en China

El Gobierno británico ordenó hoy a todos sus ministerios y departamentos dejar de utilizar en ubicaciones «sensibles» cámaras de videovigilancia fabricadas por empresas chinas, a las que Pekín exige por ley cooperar con sus servicios de inteligencia.

Oliver Dowden, el ministro sin cartera de más alto rango en el Ejecutivo, afirmó en la Cámara de los Comunes que esos equipos «no deberían estar conectados a las redes principales de los departamentos» y sus responsables deben evaluar si es necesario reemplazaros de manera inmediata.

«Las consideraciones sobre seguridad son siempre vitales en el entorno de ese tipo de lugares, por lo que estamos dando pasos para prevenir que se materialice cualquier riesgo de seguridad», dijo Dowden ante los diputados.

El comisionado para Videoviglinacia y Biometría del Gobierno, Fraser Sampson, alertó en junio pasado de que los sistemas tecnológicos púbicos están construidos sobre una base de «asbesto digital», en referencia al material utilizado en algunas construcciones que puede provocar efectos adversos en la salud.

«Casi todos los aspectos de nuestras vidas están ahora mismo bajo vigilancia a través de avanzados sistemas que se han diseñado y han sido adquiridos a compañías controladas por otros gobiernos», alertó Sampson.

Esas empresas tienen «la obligación de compartir los datos con sus gobiernos en el marco de su legislación nacional», agregó.

La presidenta del comité de Asuntos Exteriores del Parlamento, la conservadora Alicia Kearns, dio la bienvenida a la medida anunciada por el Gobierno.

«Eliminar las cámaras de vigilancia chinas de este edificio es un paso en la dirección correcta, pero debemos ir mucho más allá», afirmó la diputada, que abogó por extender las medidas a todas las «entidades públicas y autoridades locales».

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