Un grupo de investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza, han construido un dispositivo similar a una antena parabólica que utiliza la luz solar para convertir el agua en hidrógeno, oxígeno y calor, y obtener de este modo energía.
Este «árbol artificial» -tal y como lo denominan sus desarrolladores- es sólo un prototipo, pero sus potenciales aplicaciones pueden extenderse al ámbito industrial, comercial o residencial.
La comercialización de este tipo de aparatos ya se ha puesto en marcha y se desplegará primero en una planta de demostración que surtirá de energía a una fábrica de metales de Lausana y a los hospitales de esta ciudad.
La empresa SoHHytec, derivada de la EPFL, cree que este sistema podría cubrir la mitad de las necesidades energéticas y de calor que un hogar medio suizo de cuatro personas necesita en un año.
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