Tal vez sea por el exceso de exposición en las redes, por la facilidad con la que una aplicación se puede usar indistintamente en varios dispositivos distintos, por lo relativamente sencillo que es acceder al móvil de una persona de confianza, pero el caso es que cada vez nos mostramos más sensibles con nuestra privacidad. Por ello, todos los desarrolladores, tanto de aparatos como de aplicaciones, se hacen eco de esta inquietud y buscan ofrecer en sus actualizaciones nuevas barreras protectoras.
Es el caso de WhatsApp, el servicio de mensajería instantánea de Meta. En su carrera por evitar que ojos ajenos y fisgones puedan leer mensajes en chats privados, una de las últimas actualizaciones ofrece la posibilidad de bloquear el acceso a determinadas conversaciones o chats concretos. Es decir, que unos se puedan abrir simplemente clicando encima, como siempre, y para otros sea necesario un identificador para poder abrirlo. El usuario elige cuál sí y cuál no.
Hay que aclarar que este bloqueo no es el mismo que el clásico, el que impide que un contacto del que no se desea saber nada pueda seguir mandando mensajes. Quizá los desarrolladores de estas ideas deban darle una vuelta al nombre ya que se trata de que otras personas ajenas puedan hacer a los mensajes, peros estos pueden seguir llegando.
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