Los miembros de la nobleza egipcia eran momificados con bálsamos de gran complejidad y formulados con elementos llegados de regiones lejanas, según un equipo científico que además ha reproducido uno de ellos para su exposición en museos.
Resina de alerce, pistacia, cumarina y, posiblemente, dammar, son algunos elementos hallados en dos vasijas canópicas (para preservar vísceras) que sirvieron para contener los pulmones y el hígado de la noble Senetnay, que vivió en Egipto en la XVIII dinastía, hacia el 1.450 a. C., y que fue nodriza del faraón Amenhotep II.
Los órganos de esta noble fueron momificados y guardados en cuatro recipientes en una tumba del Valle de los Reyes, donde fueron encontrados por Howard Carter en 1900 y dos de ellos se conservan en el Museo August Kestner de Hannover.
El equipo de científicos, coordinado por Barbara Huber del Instituto Max Planck de Geoantropología, analizó los restos de sustancias hallados en esas vasijas canópicas.
El estudio pone de manifiesto que el tipo de ingredientes empleados en la momificación variaba del estatus social del difunto.
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