Expertos, académicos y empresas relacionadas con la inteligencia artificial (IA) se reunieron esta semana en ‘The IA Summit’ de Nueva York, para discutir sobre la adaptación de esta tecnología en todo tipo de empresas, sus ventajas y peligros.
En este congreso de dos días, que empezó el miércoles, no solo se pudieron ver humanos, también robots, como es el caso de TIM, una máquina que usa IA colaborativa y es capaz de tener una conversación, razonar y dar consejos.
Por ejemplo, en la ponencia de este jueves, donde se presentó a la máquina, tras ser preguntado por un asistente cuál era la respuesta adecuada si su mujer le dice: «¿Cómo me quedan estos pantalones?».
«Entiendo tu dilema. Es importante priorizar la necesidad humana básica de amor (…). Sin embargo, también es importante considerar el principio de honestidad y encontrar un equilibrio entre satisfacer sus necesidades y ser sincero. En última instancia, la decisión debe basarse en lo que permitirá mantener una relación sana y amorosa, respetando al mismo tiempo nuestra autonomía y dignidad», respondió TIM.
Su creador, el profesor William Barry dijo a EFE que, pese a la terminología de IA, la inteligencia de TIM es «digital» y no artificial, ya que es real.
Por su parte, la empresa Deepgram, empresa de IA especializada en compresión del lenguaje humano, usó un perro robot para atraer posibles clientes a su stand y enseñar cómo lo han programado para que se le pueda dar a la máquina instrucciones, como «salta» o «siéntate», a viva voz sin la necesidad de controles.
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