Saludando a las cámaras que capturaban su presencia estaba este sábado parte de la tripulación del lujoso yate Flying Fox, que está anclado en el puerto de Santo Domingo.
El personal, que siempre viste una camiseta blanca y un pantalón gris tipo bermuda, colocaba una especie de cinta adhesiva en algunos lugares de la embarcación vinculada a un oligarca ruso.
Además de esto, la tripulación se mueve de un lugar dentro del lujoso yate, se sientan en las escaleras, revisan los teléfonos. El yate supuestamente pertenece al empresario ruso Dmitry Kamenshchik, propietario del aeropuerto Domodedovo de Moscú, según Forbes.
Ayer personal de la Dirección General de Aduanas (DGA) entraron al yate. Demoraron más de media hora dentro de la embarcación, inspeccionándola. Hasta el momento no se ha informado sobre los temas tratados en las conversaciones.
La Autoridad Portuaria Dominicana informó que el Flying Fox llegó a Santo Domingodesde La Romana con un programa de estadía desde el 21 al 25 de marzo con la finalidad de reabastecerse de comida, combustible e higienizarse.
Pero no zarpó como estaba previsto tras la investigación que realiza el Departamento de Investigaciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos (HSI o Homeland Security Investigations), cuyos agentes visitaron ayer el yate.
La empresa Imperial Yachts alquila el yate por 3.5 millones de dólares semanales, y puede albergar hasta 25 invitados, según informaciones de la página web de la empresa. El yate fue construido por el astillero alemán Lürssen.