Al cántico unísono de “queremos motores, tenemos familia”, decenas de personas se quejaron en las inmediaciones del Centro de Retención Vehículo El Coco, conocido como «el Canódromo», en procura de que les entreguen sus medios de transporte. Desde tempranas horas de este martes, largas filas de personasse observaron en la entrada del Canódromo, a la espera de la devolución de sus vehículos.
Sin embargo, pasadas las 10:00 de la mañana, las autoridades de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett) aún no habían iniciado con el proceso de despacho vehicular.
Cristian Díaz, un chofer de motocicleta, comentó que está cansado de los viajes al Canódromo y que tras hacer fila por más de tres horas los agentes de la Digesett le informaron que por el momento no entregarían vehículos de dos ruedas.
De igual manera, otros dueños de motocicletas se quejaron de que a pesar de cumplir con los requisitos que exige la ley para la devolución de sus medios de transporte, la Digesett se ha negado a despachar.
En ese sentido, varias personas se quejaron comentando que desde que son parados en las calles, a pesar de tener sus documentos, las motocicletas son “montadas” en una grua y llevadas al Canódromo.
“Ellos no te preguntan, ellos solo montan el motor. Ellos solo saben subir motores a la grúa”, fue una de las quejas de una de las personas en fila.
El Canódromo y la Digesett fueron centro de críticas este lunes luego de que en una inspección del Defensor del Pueblo, Pablo Ulloa, él y sus colaboradores fueron agredidos, así como periodistas de este medio y CDN.
Tras este acto, la directora de ese centro de retención vehicular fue destituida de su cargo.