El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, teme que un Senado controlado por los republicanos tras las elecciones legislativas de noviembre “tratará de imponer una prohibición nacional” del aborto, en el caso de que se confirmen los sondeos que auguran ganancias de los conservadores en ambas cámaras.
Biden hizo estas declaraciones durante una reunión con gobernadores demócratas de diferentes estados del país para conocer sus esfuerzos para proteger el derecho al aborto, después de que el Tribunal Supremo del país haya eliminado el derecho constitucional a la interrupción médica del embarazo vigente desde hacía 50 años.
Entre los asistentes estuvo la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, quien confirmó la intención de su estado de incluir el derecho al aborto en la Constitución estatal, como ya han indicado que harán California y Vermont (gobernado por uno de los pocos republicanos que defienden este servicio sanitario).
Por su parte, la gobernadora de Nuevo México, Luján Grisham, aseguró que su estado no contribuirá con los esfuerzos de estados vecinos, como Texas, por “criminalizar” a proveedores de servicios de salud reproductiva que trabajen en más de un territorio, y que no “extraditará” a nadie que intente acceder al aborto en Nuevo México.