Una “ola de extremo calor” afecta a decenas de millones de estadounidenses este fin de semana, con temperaturas récord en el centro y noreste y un incendio forestal que se propaga de manera alarmante en California.
El “Oak Fire” se declaró el viernes en el condado de Mariposa, cerca del Parque Nacional Yosemite y sus secuoyas gigantes, y ya ha quemado más de 2.500 hectáreas, destruyendo diez propiedades y dañando otras cinco, según un boletín del sábado del Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California.
Varias carreteras fueron cortadas y se ordenó la evacuación de numerosas zonas, mientras que el fuego, de “extrema actividad” y combatido por unos 400 bomberos, no estaba del todo controlado el sábado, según la misma fuente.
De acuerdo al climatólogo de la Universidad de California Daniel Swain, el fuego “se propagó en casi todas direcciones”, “en un contexto de alta carga de combustible y sequía extrema”.
“La serie de incendios forestales relativamente pequeños y no destructivos que han afectado a California en lo que va de la temporada parece haber terminado”, agregó en Twitter.
El oeste del país ya ha experimentado incendios forestales de excepcional magnitud e intensidad en los últimos años, una tendencia que los científicos atribuyen al calentamiento global.