Los delitos para el lavado de activos han ido cobrando mayor relevancia para las autoridades y el sector privado. Los reportes de operaciones sospechosas (ROS) que se envían a la Unidad de Análisis Financiero (UAF) no se detienen, llegando a más de 5,000 sólo en 2021.
No obstante, este tipo de ilícito no se limita al sector financiero. Sus “tentáculos” alcanzan a otros mercados como el inmobiliario. Una actividad que por su plusvalía resulta atractiva a la inversión, pero también a los delincuentes que desean blanquear sus ganancias mediante operaciones de bienes raíces.
De los sujetos obligados del sector no financiero, las empresas constructoras e inmobiliarias, junto con los dealers o concesionarios de vehículos, casinos, juegos de azar, bancas de lotería y apuestas, fueron de los que se recibió un mayor número de ROS, al representar el 88.3% del total reportado.
Para Mélido Marte, consultor de bienes raíces y director regional de RE/MAX, agencia inmobiliaria con más de 20 años, desde hace tiempo es de conocimiento público que la compra de propiedades siempre será un área de interés para los “lavadores” por sus altos costos y el nivel de rentabilidad.
“Siempre ha existido y existirán los actos delictivos. Es una situación que no sólo es inherente a República Dominicana”, precisó Marte a elDinero, tras subrayar que con la entrada en vigencia de la Ley 155-17 contra el Lavado de Activos y el Financiamiento del Terrorismo en 2017, se ha ido “controlando más” esa práctica ilícita.
Pero, ¿existe algún ciclo en las operaciones inmobiliarias que determine momentos vulnerables? Marte, entiende que sí, pero son acciones que los agentes inmobiliarios, por lo general, no pueden controlar, prevenir o medir.
“Puedo especular que durante los cambios de administración gubernamental se puede presentar un mayor número de casos”, expresó el experto de la entidad que agrupa a más de 400 agentes inmobiliarios activos.
Por lo general, los delitos de “cuello blanco” son actos realizados de forma muy sutil. A juicio del asesor de bienes raíces, son difíciles de detectar. “Tratar de identificarlos puede ser sobre la base de juicios subjetivos. No obstante, podríamos intuir casos de lavado por el perfil de la persona y el tipo y forma de la transacción, como pago (en efectivo)”, detalló Marte.