El Gobierno británico ha lanzado una advertencia a los ayuntamientos y proveedores de vivienda oficial en Inglaterra después de que esta semana una jueza forense determinara que el niño de 2 años Awaab Ishak murió en 2020 por problemas respiratorios causados por el moho que invadía su hogar.
El ministro de Cohesión Territorial, Michael Gove, ha escrito tanto a las autoridades locales como a las llamadas asociaciones de vivienda -organismos sin ánimo de lucro que a menudo reciben fondos públicos para ofrecer hogares asequibles- a fin de que eviten que un caso como el de Ishak «se repita jamás».
«Esto es un último aviso a los proveedores de vivienda: tomaré las medidas necesarias para mejorar los estándares en todo el país y garantizar que se escuchen las voces de los inquilinos», ha advertido el ministro, según detalles revelados este domingo por el Gobierno.
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