Para muchas mujeres, la devastadora pérdida de su pareja se ve magnificada por una lucha a largo plazo por sus derechos básicos y su dignidad. A pesar de que hay más de 258 millones de viudas en todo el mundo, históricamente estas mujeres han pasado desapercibidas, sin apoyo ni medidas en nuestras sociedades.
A día de hoy, mientras los conflictos armados y los desplazamientos forzosos añaden viudas a la ya dolorosa ola de viudedad generada durante la pasada pandemia, las experiencias y necesidades únicas de estas mujeres deben pasar a un primer plano a través de sus propias voces.
Experiencias pasadas basadas en guerras o pandemias muestra que a las viudas a menudo se les niegan los derechos de herencia, se les arrebata sus propiedades después de la muerte de su pareja y pueden ser objeto de estigma y discriminación como «portadoras» de enfermedades. A nivel global, las mujeres tienen menos posibilidades de acceso a pensiones de vejez que los hombres, por lo que la muerte de un cónyuge puede conducir a la indigencia de las mujeres mayores. En el contexto actual, las viudas pueden no tener acceso a cuentas bancarias y pensiones, ya sea para pagar la atención médica si enferman o para mantenerse a sí mismas y a sus hijos. Con familias de madres solteras y mujeres mayores solteras, que ya de por sí son particularmente vulnerables a la pobreza, esta es un área que necesita atención urgente.
En el Día Internacional de las Viudas, el 23 de junio, descubramos los problemas a los que se enfrentan para salvaguardar y promover sus derechos.
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