Un equipo de científicos chinos ha conseguido por primera vez que unos gusanos de seda modificados genéticamente elaboren hilo de seda de araña que, además, es seis veces más resistente que el kevlar, la fibra sintética que se usa para fabricar chalecos antibalas.
El estudio, publicado este miércoles en la revista Matter, es el primero en demostrar una técnica que podría emplearse para fabricar una alternativa ecológica a las fibras sintéticas comerciales como el nailon.
Actualmente, la seda de gusano es la única fibra de seda animal comercializada a gran escala. Según los autores, gracias a estos gusanos de seda modificados genéticamente, será posible «una comercialización a gran escala y de bajo coste».
Las fibras sintéticas, que liberan microplásticos al medioambiente, se suelen producir a partir de combustibles fósiles que generan emisiones de gases de efecto invernadero, por eso, lo que convierte a la seda de araña en una alternativa atractiva y sostenible.
Pero copiar a la naturaleza no está exento de dificultades. Los procesos desarrollados hasta ahora para tejer seda de araña artificial han tenido dificultades para aplicar a la seda una capa superficial de glicoproteínas y lípidos que la ayuden a resistir la humedad y la exposición a la luz solar, una «capa de piel» antienvejecimiento que las arañas aplican a sus telas.
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