Una anomalía masiva recién descubierta en las profundidades del interior de la Tierra puede ser un remanente de la colisión hace unos 4.500 millones de años que formó la Luna.
Es la conclusión de un nuevo estudio, que se basó en métodos computacionales de dinámica de fluidos iniciados por el profesor Deng Hongping del Observatorio Astronómico de Shanghai (SHAO) de la Academia de Ciencias de China, y se publica como portada destacada en Nature este 2 de noviembre.
La teoría predominante ha sugerido que, durante las últimas etapas del crecimiento de la Tierra, hace aproximadamente 4.500 millones de años, se produjo una colisión masiva, conocida como «impacto gigante», entre la Tierra primordial (Gaia) y un protoplaneta del tamaño de Marte conocido como Theia. Se cree que la luna se formó a partir de los escombros generados por esta colisión.
Las simulaciones numéricas han indicado que la luna probablemente heredó material principalmente de Theia, mientras que Gaia, debido a su masa mucho mayor, solo estuvo ligeramente contaminada por material de Theia.
Dado que Gaia y Theia eran formaciones relativamente independientes y estaban compuestas de materiales diferentes, la teoría sugería que la Luna (dominada por material de Theian) y la Tierra (dominada por material de Gaia) deberían tener composiciones distintas. Sin embargo, mediciones isotópicas de alta precisión revelaron más tarde que las composiciones de la Tierra y la Luna son notablemente similares, desafiando así la teoría convencional de la formación de la Luna. #NoticiasDNNInternacional