La Agencia Espacial Europea (ESA) quiere dar por terminada este año su crisis de lanzadores con el lanzamiento del primer Ariane 6 y el retorno del Vega C tras el fracaso de su primera misión comercial.
Su director general, Josef Aschbacher, señaló este jueves en declaraciones a EFE que los retrasos en el Ariane 6 y el fracaso del Vega C se unieron para hacer «un año 2023 muy duro. Estuvimos realmente en una crisis de lanzadores».
El director general recordó que ahora «todavía no tenemos un lanzador europeo para enviar nuestros satélites» al espacio.
El Ariane 6 tiene previsto su primer lanzamiento entre junio y julio próximos, mientras que el Vega C, que fracasó en el que debería haber sido su vuelo inaugural en diciembre de 2022, volverá al espacio previsiblemente a finales de año.
Aschbacher insistió en que el acceso propio al espacio es de una importancia crítica para Europa, tanto para asegurar su autonomía tecnológica como para ofrecer servicios comerciales competitivos.
«Tenemos que garantizar el acceso al espacio y el Ariane 6 es un cohete muy bueno para hacerlo», aseguró.
Explicó que, cuando la cadencia de producción del Ariane 6 esté desarrollada, se podrán hacer entre nueve y diez lanzamientos anuales, «mucho más que antes» con el Ariane 5.
Además, rechazó las críticas acerca de que empresas privadas, como la estadounidense Space X, tienen un ritmo de lanzamientos mucho mayor, con casi un centenar en 2023.
«Space X lanza muchos más» cohetes, admitió el responsable austriaco de la agencia espacial europea, pero puntualizó que se trata de vehículos reutilizables, algo que no ocurre con el Ariane 6, cuyo diseño comenzó en 2014.
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