Google parte con dos principales ventajas competitivas con respecto al resto de empresas del sector en la carrera por la inteligencia artificial (IA): la enorme experiencia en el desarrollo de productos y en comprender sus riesgos en campos como la transparencia, la seguridad y la privacidad.
En una entrevista con EFE en el marco del Foro de Davos, Kent Walker, director de Asuntos Globales de la multinacional, consideró hoy que Google “parte con ventaja” debido a los años de experiencia a la hora de “comprender cómo trabajar con IA y, por lo tanto, ser capaces de incorporarla a muchos productos”.
Un modelo de trabajo basado principalmente en tecnología desarrollada con el lenguaje: “Convertimos el lenguaje en matemáticas, con unos 1.000 atributos por cada palabra”, detalla.
En su opinión la empresa californiana cuenta con “algunos de los mejores investigadores de Europa y EE.UU.” para ser capaces de entender el lenguaje y “cómo funciona el razonamiento humano para aprender de todo el conocimiento que la humanidad ha acumulado a lo largo de los años”.
En este sentido, en febrero de 2023 la empresa anunció su propio ‘chatbot’ de IA, Bard, y a finales de año lanzó el modelo de lenguaje de gran tamaño (LLM) Gemini, para tratar de competir con Microsoft y Amazon.
Recientemente la abogada general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea Juliane Kokott propuso ratificar la multa de 2.424 millones de euros impuesta por la Comisión Europea a Google en 2017 por abuso de posición dominante a través de su motor de comparación de productos Google Shopping.
Se trata de un caso que se remonta a 2017, cuando la Comisión Europea concluyó que la multinacional daba preferencia a los resultados de su propio servicio de comparación de productos frente a los de la competencia.
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